…Tras el invierno, la vida se había reanudado con brío en
Tartessos.
El campo verdeaba y se oía el canto de la calandria entre
las encinas. El pródigo regazo de la primavera bullía en un estallido de
verdor, y de las riberas arribaba una brisa con aromas a bayunco y romero,
mientras una atmósfera de calmosa templanza oreaba las aguas del lago Ligur. El
frescor amansaba la concupiscente estación que los tartesios nombraban de la
Luna, en honor de la diosa de la fertilidad, cuando nacían los corderos en las
arquerías y germinaban los brotes nuevos en los valles…
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Desembocadura del río Cacín en el río Genil (Villanueva Mesía) |
…Un sol anaranjado pincelaba la bocana del puerto de Turpa,
arropaba como un velo de seda por las aguas del mar y del río Tertis cuando las
galeras porteras y El Tridente arribaron al fin, con los rostros de sus
tripulantes bronceados por el salitre y las brisas marinas. Aspiraron los aires
con olor a juncias, entre el clamoreo de las gaviotas y el griterío de los
marineros que los saludaban.
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- ¡Hiarbas el pentarca y Orisón el navarca han
regresado de las ínsulas Kasitérides! Loados sean los dioses de la luz – gritó
el anunciador de las lunas…
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El río Guadalquivir, el Puente de La Barqueta y la Torre Pelli (Sevilla) |
Extraído del libro: “Tartessos”
escrito por Jesús Maeso de la Torre