PISTAS Y BARRO

El discurrir de la marcha se hace ameno cuando en el recorrido nos encontramos paisajes inolvidables. Caminos infinitos con trazados preciosos en donde el tiempo se detiene y el avance sobre ellos se convierte en la mejor de las carreras.

jueves, 20 de marzo de 2014

Cualquier hombre cabal puede escoger la forma y el lugar donde morir, pero nadie elige las cosas que recuerda

“…En la vida lo malo no es conocer sino mostrar que se conoce. Tan peligroso resulta ser poco discreto revelando que uno sabe de más como caer en la simpleza de saber menos. Siempre es bueno prevenir la música antes de que empiece el baile…”

La Cruz de Marino o de Salar
“…Si es cierto que cada cual arrastra sus fantasmas, los de Diego Alatriste y Tenorio no eran serviciales, ni amables, ni tampoco grata compaña. Pero, como le oí decir alguna vez encogiendo los hombros con aquel ademán singular, tan suyo, que parecía hecho a medias de resignación e indiferencia: cualquier hombre cabal puede escoger la forma y el lugar donde morir, pero nadie elige las cosas que recuerda…”

Misifú

Extraído del libro: “Limpieza de sangre”

Escrito por Arturo Pérez Reverte

sábado, 1 de marzo de 2014

Aspiraron los aires con olor a juncias, entre el clamoreo de las gaviotas y el griterío de los marineros que los saludaban.

…Tras el invierno, la vida se había reanudado con brío en Tartessos.
El campo verdeaba y se oía el canto de la calandria entre las encinas. El pródigo regazo de la primavera bullía en un estallido de verdor, y de las riberas arribaba una brisa con aromas a bayunco y romero, mientras una atmósfera de calmosa templanza oreaba las aguas del lago Ligur. El frescor amansaba la concupiscente estación que los tartesios nombraban de la Luna, en honor de la diosa de la fertilidad, cuando nacían los corderos en las arquerías y germinaban los brotes nuevos en los valles…

Desembocadura del río Cacín en el río Genil
(Villanueva Mesía)
…Un sol anaranjado pincelaba la bocana del puerto de Turpa, arropaba como un velo de seda por las aguas del mar y del río Tertis cuando las galeras porteras y El Tridente arribaron al fin, con los rostros de sus tripulantes bronceados por el salitre y las brisas marinas. Aspiraron los aires con olor a juncias, entre el clamoreo de las gaviotas y el griterío de los marineros que los saludaban.
-       - ¡Hiarbas el pentarca y Orisón el navarca han regresado de las ínsulas Kasitérides! Loados sean los dioses de la luz – gritó el anunciador de las lunas…

El río Guadalquivir, el Puente de La Barqueta y la Torre Pelli
(Sevilla)


Extraído del libro: “Tartessos” 


escrito por Jesús Maeso de la Torre