PISTAS Y BARRO

El discurrir de la marcha se hace ameno cuando en el recorrido nos encontramos paisajes inolvidables. Caminos infinitos con trazados preciosos en donde el tiempo se detiene y el avance sobre ellos se convierte en la mejor de las carreras.

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miércoles, 28 de febrero de 2018

El dinero es el mayor deseo de los hombres. Por él se afanan, por él se vuelven locos y envejecen antes de tiempo. Conseguirlo no es difícil: el secreto es no buscarlo.

Mikhon Tiq abrió la bolsa y examinó su contenido. 
Había allí monedas de plata y de cobre, pero sobre todo oro. Algunas eran antiguas y estaban desgastadas, y en ellas se veían efigies de reyes que para Mikhon Tiq eran tan solo nombres de antiguos cantares. La mayoría eran imbriales, monedas de Áinar que todo el mundo aceptaba en Tramórea, aunque no hicieran lo mismo con la soberanía nominal del Imperio.
- Aquí hay una cantidad mas que respetable. ¿De donde lo has sacado, maese Linar?
- El dinero es el mayor deseo de los hombres. Por él se afanan, por él se vuelven locos y envejecen antes de tiempo. Conseguirlo no es difícil: el secreto es no buscarlo.

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Cuiberguín arrugó las cejas para concentrar la mirada. Por fin pareció reconocer a su hijo, y por primera vez en mucho tiempo le sonrió. El corazón de Derguín saltó en silencio. ¿Acaso la visita de Linar había despertado al viejo de su apatía?
- Bien, Derguín. Te han ofrecido una segunda oportunidad que no esperábamos. ¿Vas a aprovecharla?
- Lo intentaré, padre - respondió Derguín, conteniendo la alegría.
- No lo intentes. Hazlo. Si no te ves capaz, ni siquiera pruebes. 
Derguín asintió.
- Hoy casi me he sentido capaz de ello cuando he luchado contra Kratos. Al principio me vapuleó, pero al final conseguí tocarle cuatro veces. ¡He tocado al mejor Tahedorán de Tramórea, padre!

- Eso me complace - respondío Cuiberguín, haciendo tantos esfuerzos como su hijo por contener una sonrisa-. Pero quiero advertirte algo, Derguín. No es solo el certamen por Zemal. Vas a verte involucrado en asuntos de gran alcance. No te comprometas por completo con nadie, y di solo la mitad de lo que pienses.
- ¿No confías en Linar?
- Es noble, pero también poderoso, y los hombres poderosos ven a los demás como peones de ajedrez. Tú escucha lo que él te diga y medítalo, y hazle caso si sus palabras te convencen. Pero recuerda que tienes tu propio destino y que debes seguirlo.
- ¿Como reconoceré mi destino?
- Cuando llegue el momento, deja la mente en blanco. Has heredado mi corazón de guerrero. Que él te guíe.

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- ¡Hacía años que no bailaba una Jipurna! He sudado toda la mala sangre que tenía guardada.
- ¡Pídenos cerveza, Mikha! - reclamó Derguín -. El vino solo no puede quitarme la sed que me ha entrado.
Como si hubieran vuelto a intercambiar los pensamientos, Derguín y Kratos cantaron el estribillo de una vieja canción de los estudiantes de Undanfiún.
¡Ni hambre, ni mujer vieja,
no dolores de cabeza!
¡Ni vino, sólo cerveza!

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-¿Quien eres?-le preguntaba Derguín.
- Soy Triane - se rió ella -. ¿No te basta con eso?
- No.
Pero entonces ella cambiaba de tema. Una vez, mientras Derguín dormitaba, cantó unos versos en la lengua de los Arcanos, y el muchacho se espabiló al oír aquellas palabras, pero no abrió los ojos.
Princesa de las Niryiin, hija de los grandes bosques,
reina de la profunda arboleda y en la fronda húmeda,
tú que peinas tus cabellos bajo los rayos del sol,
tú que haces crecer la hierba bajo tus manos de agua.
Negra y dorada, verde y negra, blanca y oscura,
princesa de los Niryiin, hija de los grandes bosques.
Tu cuerpo modeló en su torno el divino alfarero
y las gracias del agua y del viento en él derramó...
Derguín volvió a adormecerse arrullado por la voz de Triane, que más que cantar susurraba, como el viento que se desliza entre las hojas de un sauce y arranca de ellas una nota escondida, una campana que se abre en gotas de perfume. Oyó sobre bosques, profundos, sobre arroyos secretos, sobre grutas a las que no había llegado el hombre y donde aún moraban razas tan antiguas como las piedras.


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Extraído del libro: "La Espada de Fuego"

escrita por Javier Negrete


sábado, 25 de enero de 2014

¿Qué es la vida? La salud del cuerpo y del espíritu. Cuanta mas se tiene, menos se considera su importancia.

 “Gonzalo abrigaba la esperanza de que sería positiva la reunión de las compañías al mando de un capitán de columnas (colonna) al mando de un coronel (colonello). De este modo nacieron las célebres “coronelías” que facilitaron también las ansias de ascenso social en el ejército y permitieron una profesionalización del uso de las armas mas allá de las viejas compañías de las espadas peregrinas, de los condottieri, cuya imagen se había desacreditado tras la expedición de Carlos VIII.

Rendición de Granada a los Reyes Católicos. 
Entre 1482 y 1492 tiene lugar la guerra de Granada  y la participación de 
El Gran Capitán: Gonzalo Fernández de Córdoba, en ella.
Este óleo sobre lienzo es del gran pintor: Francisco Pradilla.
Mientras organizaba las coronelías era consciente que con esa decisión ponía fin a un sistema táctico, cuya eficacia había sido evidente...esa organización buscaba la forma de conseguir ventaja ante un enemigo mejor pertrechado, con mas tradición en el arte de la guerra, al mando de reputados generales. Afirmó sus ideas mostrándose generoso, quizás de manera excesiva, con la promoción de sus soldados, encandilando a unos rudos individuos, forjados en la guerra de Granada, con halagos sin límite...Toda esa organización seguía unas reglas estrictas que constituirían el armazón del cuerpo de ejército expedicionario que se enfrentaría en campo abierto a las tropas francesas”.

La Batalla de Ceriñola (2ª guerra de Nápoles): El Gran Capitán encuentra el cadáver de Luis de Armagnac, 
conde de Guisa, duque de Nemours y virrey de Nápoles, una vez derrotado el ejército francés.
Este óleo sobre lienzo es del gran pintor: Federico de Madrazo.
“¿Qué es la vida? La salud del cuerpo y del espíritu. Cuanta mas se tiene, menos se considera su importancia”.

Extraido de el libro: “El Gran Capitán”



Escrito por por José Enrique Ruiz-Doménec


Algunas imágenes de Granada:

Panorámica de La Alhambra desde el Mirador de San Nicolás
La Alcazaba y El Mulhacén desde el Mirador de la Caseta del Tío Papeles
Panorámica nocturna de Granada desde La Silla del Moro
Panorámica de Granada desde La Silla del Moro
La Acequia Real de La Alhambra
La Fuente del Toro de Plaza Nueva
La Real Chancillería de Granada
Panorámica de Sierra Nevada desde el Mirador del río Dílar
Panorámica de Sierra Nevada desde la Vega de Granada
El Pico del Veleta en Sierra Nevada

viernes, 22 de noviembre de 2013

La onda purpúrea murmuraba ruidosa en torno a la carena de la nave, que corría abriéndose camino por el agua

...Cuando Helios cayó y llegaron las sombras, se acostaron ellos cerca de las amarras; y cuando Eos la de los dedos rosados que nace por la mañana apareció en el horizonte, regresaron hacia el vasto ejercito de los acayos, y el arquero Apolo mandóles un viento propicio. Y elevaron el mástil y desplegaron las velas blancas; y el viento las henchía, y la onda purpúrea murmuraba ruidosa en torno a la carena de la nave, que corría abriéndose camino por el agua...

El cielo de la Sierra de Loja
 ...!Máximo y Gloriosísimo Zeus, que amontonas las nubes y habitas en el Éter! ¡Otórgame el favor de que no se oculte Helios ni se acerque la noche sin que caiga antes entre llamas, con las puertas rotas y reducidas a ceniza, la residencia de Príamo, ni sin que esta mi espada despedace sobre su pecho la coraza de Héctor mientras los suyos caen al suelo y muerden la tierra!...
 - murmuró Agamenón, rey de los acayos o aqueos, a modo de plegaria

El cielo de la Sierra de Loja
 ...Cuando hubo hablado así Zeus,  enganchó al carro los veloces caballos de pies de bronce, que tenían por crines cabellos de oro; y envolvióse en su vestidura de oro; y tomó un látigo de oro cincelado, y se acomodó a su carro. Y arreó con el látigo a los caballos, y volaron estos del Urano estrellado hacia la Tierra. Cuando llegó al monte Ida, abundante en manantiales y albergue de las fieras, el Padre de los hombres y de los dioses detuvo a sus caballos en el Gárgaro, donde poseía un recinto sagrado y un perfumado altar, y desunciéndolos, los envió en una gran nube. Y lleno de gloria se sentó en la cúspide mirando a la ciudad de los troyanos y a las naves de los aqueos...

La Sierra de Archidona y La Peña de Los Enamorados


Extraído de: “La Ilíada” 


Autor: Homero

La Iliada se ha llevado al cine con el título de: "Troya" y dirigida por Wolfgang Petersen.

Caratula de la Película
El Caballo de Troya
Orlando Bloom y Eric Bana interpretan a Paris y Hector
Diane Kruger interpreta a Helena
Brad Pitt interpreta a Aquiles
Brian Cox y Brendan Gleeson 
interpretan a Agamenón y Menelao
Peter O'Toole interpreta a Príamo