El Valle de Los Pinares y El Cerrajón |
“ Mira, el olor de mi hijo
es como la fragancia de un campo
al que ha bendecido Yahveh.
¡Que Dios te dé, pues, el rocío del cielo
y la fertilidad de la tierra;
abundancia de trigo y de mosto!.
Sírvante los pueblos,
Prostérnense ante ti las naciones.
Se señor de tus hermanos,
Inclínense ante ti los hijos de tu madre.
Malditos sean los que te maldigan,
Benditos sean los que te bendigan”.
Así bendijo Isaac a su hijo Jacob, creyendo que era su hijo
Esaú (Isaac era ciego).
Génesis 27,27. La Biblia.
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